El
ácido docosahexaenoico (DHA) es un ácido graso poliinsaturado de cadena larga
de la serie omega-3. Se encuentra especialmente en los alimentos de origen
marino y es fundamental en la alimentación de los niños ya que interviene en el
desarrollo de la función visual y se encuentra en elevadas concentraciones en
las estructuras cerebrales. Para asegurar un aporte adecuado de DHA en los más
pequeños, todas las leches para lactantes o leches 1 lo contienen, y gran parte
de las leches de continuación y fórmulas de crecimiento.
El
ser humano puede sintetizar el DHA a partir de su precursor el ácido
alfa-linolénico, ácido graso esencial de la serie Omega-3.
Sin embargo, en ocasiones las necesidades de DHA puede que no se vean cubiertas
por la capacidad de fabricación de nuestro organismo, por lo que es importante
que también lo consumamos preformado y directamente a través de la
alimentación.
Este
hecho es especialmente relevante durante los primeros años de vida, ya que la
capacidad de crear DHA es menor que en la edad adulta y en este periodo este
ácido graso se relaciona con la maduración y formación de diferentes
estructuras.
El
DHA se encuentra en cantidad relevante en la leche materna, por eso mientras
los lactantes se alimentan al pecho obtienen las cantidades diarias necesarias
para asegurar su correcto desarrollo. El DHA (ácido docosahexaenóico) es un nutriente especial que le
proporciona beneficios al desarrollo mental y visual en los bebés.
El DHA se encuentra naturalmente en la leche materna y forma parte de
una clase de nutrientes llamados "lípidos" o "grasas". Los
lípidos son una parte esencial para una dieta saludable porque son componentes
estructurales importantes para los órganos vitales, particularmente para el
cerebro y ojos del bebé.
DHA es un ácido graso Omega-3 presente en los tejidos del cuerpo. DHA es
la mayor estructura y elemento funcional de todas las membranas en la sustancia
gris del cerebro y retina del ojo. También es un componente clave de los
tejidos del corazón. Este lípido es importante para el óptimo desarrollo mental
y visual en bebés y ha demostrado que apoya el cerebro, ojos, y la salud
cardiovascular en adultos.
Los beneficios de DHA han sido documentados en estudios clínicos
de haber tenido beneficios cognoscitivos y visuales duraderos en bebés
alimentados con fórmulas enriquecidas con estos lípidos. Con base en sus
resultados en los exámenes de inteligencia ("Coeficiente Intelectual"
– CI), bebés alimentados con fórmulas con DHA y ARA obtuvieron niveles más altos
en problemas de pensamiento complejo que los bebés que fueron alimentados con
fórmulas “estándares.”(1) Otro estudio reveló que los bebés que fueron
alimentados con fórmula enriquecida con estos lípidos obtuvieron un puntaje más
alto en el examen IQ a los 18 meses de edad. (2) Estos bebés también tuvieron
una agudeza visual superior a los cuatro meses y un año de manera similar a la
agudeza visual de los bebés amamantados. (3)
1. Willatts, P, Forsyth, JS, DiModugno, MK et al.
Effect of Long-Chain Polyunsaturated Fatty Acids in Infant Fórmula on Problem
Solving at 10 Months of Age, Lancet 352:688-691, 1998.
2. Birch, EE, Garfield, S, Hoffman, DR et al. A
Randomized Controlled Trial of Early Dietary Supply of Long-Chain
Polyunsaturated Fatty Acids and Mental Development in Term Infants, Dev Med
Child Neurol 42:174-181, 2000.
3. Birch, EE, Hoffman, DR, Uauy, R et al. Visual
Acuity and the Essentiality of Docosahexaenoic Acid and Arachidonic Acid in the
Diet of Term Infants, Pediatr Res 44:201-209, 1998.
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